1.- El mediador debe saber fomentar el diálogo
“Es posible conseguir algo tras tres horas de pelea, pero es seguro que lo conseguirás tras tres palabras impregnadas de afecto” (Confucio)
Las virtudes del diálogo son muchas y variadas: facilitan el
intercambio de opiniones e ideas, nos ayuda a tener otra visión de unos mismos hechos, nos
ayuda a entender a la otra parte y a interpretar otros razonamientos, viendo las cosas desde
otra perspectiva, nos
descubre que las soluciones no son unilaterales, y que la verdad puede tener
diferentes visiones. Es importante hacerle saber a las partes que el
diálogo constructivo es un factor clave para llegar a un acuerdo y debe saber fomentarlo, y mantener un clima adecuado para el éxito del mismo, ya que el diálogo
crea una capacidad de juicio más ponderada y equilibrada. Cuando las partes pueden
expresar en un clima cálido y de confianza sus emociones, sentimientos y opiniones se sienten escuchados y entendidos y son más proclives a escuchar con respeto las opiniones y emociones ajenas.
Si el mediador sigue la máxima de Confucio y es capaz de mantener vivo el diálogo constructivo, está construyendo un clima cálido de flexibilidad, seguridad y convivencia que fomenta actitudes más positivas, igualitarias y democráticas.
2.- Empatía
“No comparto lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo” (Voltaire).
Hemos escuchado en muchas ocasiones el término empatía, pero ¿conocemos realmente su significado? Etimológicamente esta palabra deriva del término griego empátheia, y algunos autores la conocen con el término de inteligencia interpersonal (término acuñado por Howard Gardner), refiriéndose a la habilidad cognitiva de una persona para “comprender el Universo emocional de otra”. Es un proceso absolutamente emocional que posibilita que percibamos los estados de ánimo del otro, pero que no exige que lo comprendamos.
3.- Altruismo, comprensión, igualdad
“No hay que apagar la luz del otro para que brille la nuestra” (Gandhi)
Si pudiera explicar con palabras
lo importante que es practicar esta sencilla premisa. Que podemos y debemos
brillar por nosotros mismos sin necesidad de aplacar o eclipsar la luz de los demás, que
humillar a otro no nos hace más fuertes, ni superiores, ni mejores, sino que
nos hace miserables y hace miserable la vida de los demás. Parece una idea sencilla, pero nos han educado en la
competitividad, en la cultura del “más fuerte, mejor que el otro”, Así que es necesario saber que no necesitamos sentirnos superiores para reafirmarnos a costa de las emociones y sentimientos del otro, y esto también es predicable y debe buscarse en la mediación.
4.-Resiliencia
“En tres palabras puedo resumir lo que he aprendido de la vida: la vida continúa” (Robert Frost)
Mucho se ha hablado en los últimos años sobre
resiliencia, como
la capacidad que tienen las personas de sobreponerse a períodos de dolor emocional y situaciones adversas, o la capacidad de hacer frente a las adversidades de la vida,
transformando el dolor en fuerza motora para superarse y salir fortalecido de ella. Estas definiciones son muy buenas pero quizá un tanto gastadas para mí. Yo
entiendo la resiliencia como la fuerza para levantarte cuando has caído, juntar tus pedazos cuando estás rota y seguir hacia adelante más fortalecida. Por eso me gusta tanto la cita de
Camus que dice “en las profundidades del invierno, finalmente comprendí que habitaba en mí un verano invencible”. Para ver la belleza del arcoíris debemos pasar primero por la tormenta. Y es en ese invierno, cuando nos nace de dentro una luz, un calor y una fuerza, que es lo que nos cura.
5.- Capacidad de análisis, juicio crítico, inteligencia emocional, comprensión
“La confianza, como el arte, nunca proviene de tener todas las respuestas, sino de estar abierto a todas las preguntas” (Earl Gray Stevens)
Decía Benedetti que cuando por fin creíamos tener todas las respuestas, de pronto, nos cambiaban todas las preguntas. Estar abierto a lo nuevo y aceptar con madurez el cambio nos abre puertas que desconocíamos antes del punto de inflexión que nos llevó a hacernos preguntas. Para ello el mediador debe saber gestionar y transmitir este juicio crítico, la capacidad de análisis y jugar con la inteligencia emocional para positivar y reformular lo negativo y lo destructivo. Si trabajamos la predisposición de las partes, estamos trabajando su predisposición al cambio.
6.- Sembrar
“cuando esparces semillas de amor, eres tú quien florece” (M.S. Bhagavathi)
En la sesión informativa debemos conquistar a las partes. Somos mediadores, creemos en la mediación, apostamos por ella y sabemos que es la mejor opción, ¿por qué no contagiamos esa misma pasión a las partes, ¿por qué no hacemos que se enamoren de la mediación? ¿ por qué no sembrar mediación? Sabemos que el proceso no será fácil, pero los resultados merecerán tanto la pena, que hace que nosotros mismos y las partes florezcan. Para ello es necesario que las personas se vayan abriendo, puesto que como señala Daniel Goleman, “cuanto más abiertos estemos a nuestros propios sentimientos, mejor podremos leer los de los demás“.
7.- Templanza
“Si abordas una situación como asunto de vida o muerte, morirás muchas veces “ Adam Smith
Decía Aristóteles que la virtud se encontraba en el término medio entre dos puntos equidistantes.
Si buscamos y fomentamos el equilibrio, estamos fomentando una relación y un diálogo entre personas. Escuchar activamente y hacer las intervenciones adecuadas crea un puente indestructible sobre el que pueden caminar las personas a las que hasta entonces separaba un
abismo insoslayable. Como afirma
David Carusso,
“la inteligencia emocional no es lo contrario de la inteligencia, no es el triunfo del corazón sobre la cabeza; es la única intersección de ambas”.
8.-Paciencia
“voy despacio, pero jamás desando lo andado” (Abraham Lincoln)
Cada persona tiene sus ritmos y hay que aprender a respetarlos y a saber gestionarlos. Ni hay dos personas iguales ni hay dos situaciones iguales, por tanto, cada persona tendrá sus períodos de adaptación y de desarrollo personal para aceptar los cambios. No importa el tiempo mientras que se avance, y recuerda que el trayecto más largo será siempre el que se deriva del enfrentamiento y la disputa, no del acuerdo y del diálogo.
9.- Prudencia, neutralidad y respeto
“Sé prudente, lo mejor en todo es escoger la ocasión” (Hesíodo)
La prudencia es la virtud de actuar de forma justa, adecuada, y con moderación. Es la capacidad de pensar y discernir sobe los posibles riesgos que una acción o conducta puede conllevar para evitar causar a otro un daño y producir perjuicios innecesarios. El mediador deber ser prudente y sopesar pros y contras antes de cualquier actuación.
10. Gestión del cambio
“la manera en que vemos el problema es el problema” (Stephen R Covey)
La llamada
“gestión del cambio”, un término muy extendido en el ámbito empresarial, también es aplicable a las personas. Nuestra vida está sujeta a cambios constantes, algunos de ellos más complejos y profundos que otros.
Es consustancial a los humanos resistirnos al cambio, porque es más cómodo y fácil. Pero debemos ser conscientes de que a veces debemos adaptarnos al cambio, salir de nuestra zona de confort y saber gestionar el cambio.
El mediador es una figura clave para poder
ayudar a las partes a aprender a gestionar “su cambio”.
Para terminar, todo mediador debe recordar su labor: “a veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota”.
Miriam Guardiola, Abogada y Mediadora