miércoles, 11 de mayo de 2016

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Diez frases para la motivación de los profesionales de la Mediación


“Momo, o el poder de saber escuchar”

post de miriam guardiola
Miriam Guardiola Abogada y Mediadora

“Pero, ¿por qué? ¿Es que Momo era tan increíblemente lista que tenía un buen consejo para cualquiera? ¿Encontraba siempre las palabras apropiadas cuando alguien necesitaba consuelo? ¿Sabía hacer juicios sabios y justos? No; Momo, como cualquier otro niño, no sabía hacer nada de todo eso. Entonces, ¿es que Momo sabía algo que ponía a la gente de buen humor? ¿Sabía cantar muy bien? ¿O sabía tocar un instrumento? ¿O es que —ya que vivía en una especie de circo— sabía bailar o hacer acrobacias? No, tampoco era eso. ¿Acaso sabía magia? ¿Conocía algún encantamiento con el que se pudiera ahuyentar todas las miserias y preocupaciones? ¿Sabía leer en las líneas de la mano o predecir el futuro de cualquier otro modo? Nada de eso. Lo que la pequeña Momo sabía hacer como nadie era escuchar. Eso no es nada especial, dirá, quizás, algún lector; cualquiera sabe escuchar. Pues eso es un error. Muy pocas personas saben escuchar de verdad. Y la manera en que sabía escuchar Momo era única. Momo sabía escuchar de tal manera que a la gente tonta se le ocurrían, de repente, ideas muy inteligentes. No porque dijera o preguntara algo que llevara a los demás a pensar esas ideas, no; simplemente estaba allí y escuchaba con toda su atención y toda simpatía. Mientras tanto miraba al otro con sus grandes ojos negros y el otro en cuestión notaba de inmediato cómo se le ocurrían pensamientos que nunca hubiera creído que estaban en él. Sabía escuchar de tal manera que la gente perpleja o indecisa sabía muy bien, de repente, qué era lo que quería. O los tímidos se sentían de súbito muy libres y valerosos. O los desgraciados y agobiados se volvían confiados y alegres. Y si alguien creía que su vida estaba totalmente perdida y que era insignificante y que él mismo no era más que uno entre millones, y que no importaba nada y que se podía sustituir con la misma facilidad que una maceta rota, iba y le contaba todo eso a la pequeña Momo, y le resultaba claro, de modo misterioso mientras hablaba, que tal como era sólo había uno entre todos los hombres y que, por eso, era importante a su manera, para el mundo. ¡Así sabía escuchar Momo”

Momo, Michael Ende

Siempre que pienso en los mediadores pienso en Momo, aquella maravillosa criatura nacida de la pluma de Ende que sabía escuchar. Quizá la primera mediadora de la historia de la literatura. Tomas Swift decía que a un genio se le reconoce porque hace increíblemente sencillo lo que es tremendamente complejo. El papel del Mediador parece tan simple y sin embargo es una pieza clave bastante compleja de ejercer y esencial en el proceso de mediación. Un buen mediador debe saber escuchar de una manera muy especial. Es una persona que parece estar ausente y sin embargo está muy presente. Es una brújula muy particular que guía pero no señala. Podríamos ponernos poéticos y decir que es una estrella polar que señala a las partes el lugar a donde les gustaría llegar pero que deja libertad para escoger su propio camino. El proceso de mediación a veces puede resultar un laberinto (las partes en ocasiones llegan muy tensas, fruto de emociones y sentimientos que no han salido a la superficie todavía), pero corresponde al mediador desenredar la madeja cual hilo de Ariadna para que ellos encuentren la salida de su propio conflicto. En definitiva, el mediador es alguien que facilita, fomenta y favorece el camino a la solución pero sin posicionarse. Escuchamos muchas veces que lo maravilloso de la mediación y lo que la hace tan única es la capacidad para que las partes puedan elegir una o varias posibilidades de entre las muchas soluciones y alternativas que se presentan. Las soluciones son tan variadas como las partes quieran que sea. Y lo que lo hace tan especial es que durante el proceso pueden escuchar y ser escuchadas hasta que ellas mismas puedan autodeterminar la solución al problema. Y ello, no sería posible sin la escucha activa del mediador.
El mediador debe tener unas habilidades esenciales: ser empático, observador, prudente, atento, imparcial, equilibrado… Cualidades y características complejas que requieren tiempo y práctica. Sabemos que la tarea de un mediador es complicada, y por eso hemos querido presentar algunas frases motivadoras relacionadas con algunas cualidades, aptitudes o competencias que creemos debe trabajar todo mediador.

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